viernes, 9 de septiembre de 2011

CIENCIAS NATURALES.-- "LOS ÀRBOLES".- Escrito por Alfredo Marquez Barazarte.

          Los ârboles son los seres vivos màs grandes del mundo, pero este hecho, por si solo, no explica su importancia en los mitos y en la religiòn. Ellos tienen una influencia indefinible que siempre ha cautivado la imaginaciòn humana. Aunque el tamaño y exhuberancia de los àrboles permite reconocerlos con claridad, no constituyen  una categorìa al margen de las plantas. Un àrbol es sencillamente un tallo de madera. A primera vista, esto no es una definiciòn exacta o informativa; pero abre las puertas a algunas sorpresas.

          Definir lo que significa un àrbol, no sòlo para los botànicos; sino tambièn para la gente en general, resulta màs dificil. No existe aspecto de la historia humana que no tenga algùn vìnculo con los àrboles, ya sea la arquitectura, el arte, los alimentos, la guerra, la agricultura, la vivienda entre otros. La historia de los àrboles, es una historia muy larga e ininterrumpida.  Algunos de los primeros aperos de labranza, utensilios domèsticos, tendidos elèctricos y casas estàn hechos de madera. No hay màs que mirar alrededor nuestro para darnos cuenta de hasta que punto los àrboles y la madera forman parte de la vida de cada dìa.  Muchas de las carreteras y caminos estàn bordeados por una avenida de àrboles de una especie determinada. Por ejemplo: Francia es uno de los paises que tiene fama por los àlamos que bordean muchas de sus carreteras.

          Por otra parte, el àrbol es el sìmbolo de la vida.La primera manifestaciòn de la vida que existiò sobre la Tierra, fuè la de los àrboles. A consecuencia de los grandes cataclismos en las primeras èpocas del mundo, antes de existir los animales y el hombre, esas grandes montañas de helechos sucumbieron, y, despuès de millones de años, esos àrboles, junto con animales marinos, convertidos en carbòn y petròleo, impulsan en el dìa de hoy la civilizaciòn del mundo.

          El àrbol es el laboratorio misterioso donde se acumula y transforma la energìa solar, sin la cual no podrìa haber vida en el planeta. Las plantas con las cuales se nutren los hombres y los animales, nos dan, en forma de alimento, la energìa, que es la vida que ellas absorben del sol.

          En las regiones donde se ha acabado con los àrboles, proviene la esterilidad; la vida y la alegrìa se alejan y convièrtense esas mismas regiones antes fèrtiles en zonas  inapropiadas para vivir el hombre y los animales. Los àrboles regulan las lluvias, el clima, las corrientes de agua subterràneas ; purifican el aire, dan abrigo y alimento a miles de aves ùtiles a la agricultura, y que alegran la vida. Retienen en sus hojas miles de microbios. La destrucciòn brutal de los àrboles, en lugares donde hay nacimientos  de agua, acaba con las mismas y amenaza, por consiguiente, la fertilidad de las propiedades agrìcolas màs cercanas. Sembrar àrboles en las fincas agrìcolas, es darle màs valor, ya que se fertilizan sus terrenos y se contribuye a modificar y sanear sus climas. Plantar àrboles es vivir, puès ellos absorben grandes cantidades de gases tòxicos que estàn en la atmòsfera. Es por consiguiente, hacer obra de Patria.. La verdadera riqueza de los pueblos està en sus bosques, o sea en sus campos. Las hojas secas de los àrboles al caer, contribuyen a fertilizar el terreno.

          La tala de los bosques amenaza destruir la vitalidad de la raza humana en el planeta; y, cuàn necesario es sembrar con urgencia  àrboles alrededor de las ciudades, porque los que existen son un nùmero insignificante a los indispensables para depurar el aire. La riqueza forestal antigua era extensìsima; pero la brutal tala de los bosques la ha reducido tanto, que serìa necesario aproximadamente cincuenta años de constantes plantaciones para reparar dicha pèrdida. ¿Què gràn atracciòn serìa para los turistas si nuestras carreteras estuviesen llenas de àrboles y las ciudades en sus alrededores tuvieran a si mismo grandes parques.

          En otro orden de ideas, los àrboles nos dan frutos muy sabrosos que dan gusto al paladar; asì como tambièn  nos dan lindas flores de todos los colores que engalanan a nuestras ciudades.
         

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